¿Quieres cambiar tu vida?
Ojo con lo que deseas, ¡porque en ocasiones se cumple!…
Es muy habitual no sentirnos a gusto con la vida que llevamos y desear que fuese de otra forma, de hecho, dicen los expertos que es una de las principales causas de infelicidad, al menos en el primer mundo (¡curioso este último dato, da que pensar!…)
Quizás la siguiente pregunta a la que encabeza este artículo podría ser: ¿qué estás haciendo para ello?
Cualesquier respuesta que tengas para esta otra pregunta, que no sea algo concreto que estés haciendo para cambiar tu vida, es simplemente una excusa.
Todos esos «factores externos» que crees que te impiden cambiar tu vida, son sólo las excusas que te pones para no tener que enfrentarte a ello y todo lo que supondría: salir de tu zona de confort, abandonar lo conocido para adentrarte en una zona de incertidumbres que no controlas y tener que superar todas las dificultades que puedan ir apareciendo.
La famosa frase «si quieres, puedes» cobra aquí especial sentido. Tan sólo necesitas «querer hacerlo», es decir: actitud, las aptitudes ya las tienes: naciste con ellas.
Actitud, cuya segunda acepción del diccionario de la RAE es «Disposición de ánimo manifestada de algún modo.«, quiere decir que estás dispuesto a ello, a hacer lo necesario para lograrlo.
El primer paso
El primer paso para empezar a cambiar tu vida es creer que puedes hacerlo. Y cuando digo esto, me refiero a eliminar tu creencia actual de que «no puedes hacerlo porque tu vida depende de otras muchas cosas las cuales no dependen única y directamente de ti». Mientras pienses así, no podrás.
Probablemente tu vida esté llena de compromisos que te da miedo romper por las trágicas y terribles consecuencias que tú crees que ello pueda ocasionar. Párate un segundo e imagínate que esta noche te mueres y mañana no despiertas.
Según el informe de Naciones Unidas sobre la Población Mundial, en España mueren aproximadamente 1.150 personas cada día, es decir, casi una persona cada minuto.
En el próximo minuto uno de los dos podríamos estar muertos. En el caso de que fueses tú, ¿quién tomaría el relevo para seguir cumpliendo con todos tus importantes compromisos? ¿Cómo se las arreglaría el mundo sin ti?
Según Bronnie Ware, enfermera australiana que trabajó por muchos años en cuidados paliativos y autora del libro Los cinco arrepentimientos del moribundo, todos nos arrepentimos prácticamente de las mismas cosas en nuestro lecho de muerte. Así que quizás no sea mala idea hacer de la muerte nuestra aliada y tenerla más presente cada vez que algo nos agobie, he incluso en las decisiones sobre a lo que vamos a dedicar el resto del día de hoy.
El segundo paso
El segundo paso para empezar a cambiar tu vida es tu compromiso. Y aquí aprovecho para decirte que en el compromiso no hay niveles: te comprometes o no te comprometes. Si tienes pareja, prueba a decirle hoy mismo: «amor, he estado pensando y he decidido que voy a serte fiel en un 75%», y observa su reacción inmediata…
Tu compromiso con el cambio consiste en:
- Definir la dirección que quieres tomar en tu vida.
- Identificar todo aquello que has de dejar y a lo que has de renunciar para tomar esa dirección.
- Dejar todo lo que tengas que dejar y renunciar a todo lo que tengas que renunciar.
- Identificar todo aquéllo que has de hacer para orientarte en la dirección que deseas.
- Empezar a hacer todo lo necesario para orientarte en la dirección que deseas.
Hablo de dirección y no de metas ni objetivos por varios motivos:
- Para alcanzar una meta o lograr un objetivo es imprescindible estar orientado en la dirección que te acerque a dicha meta u objetivo:
«Si estás mirando en la dirección correcta, todo lo que necesitas hacer es seguir caminando.»
Buda.
- Vivir para alcanzar metas y lograr objetivos es perderte la vida en el camino:
Tratar de encontrar satisfacción en alcanzar las metas o lograr los objetivos que te propongas es justo el error en el que la mayoría hemos vivido durante demasiado tiempo, porque así nos lo enseñaron cuando éramos pequeños.
La satisfacción has de encontrarla en el propio camino que recorras dirigiéndote hacia tus objetivos, las metas llegarán o serán otras, eso nunca dependerá de ti, los objetivos se lograrán o irán cambiando a lo largo del camino, esa es tu libertad, pero el camino tienes que disfrutarlo, porque en realidad es lo único que tienes y lo único que puedes decidir, aquí y ahora.
Trata de recordar cómo has llegado hasta donde estás ahora. ¿Qué planeaste? ¿Han ocurrido las cosas tal y como las planeaste alguna vez? Probablemente hayas llegado a donde estás ahora fruto de un cúmulo de sucesos que jamás planeaste…
